Escándalo político (1972-1975) que rodeó la revelación de actividades ilegales por parte de la administración republicana el presidente Richard Nixon durante la campaña electoral de 1972.
El escándalo nació con el arresto en junio de 1972 de cinco hombres que habían penetrado para espiar al Comité Nacional Demócrata en el hotel Watergate en Washington. Después de múltiples peripecias judiciales la implicación de la administración de Nixon se fue haciendo cada vez más evidente. El 30 de abril de 1973, Nixon aceptó parcialmente la responsabilidad del gobierno y destituyó a varios funcionarios implicados.
La existencia de cintas magnetofónicas incriminatorias del presidente y su negativa a ponerlas a disposición de la justicia llevaron a un duro enfrentamiento entre el ejecutivo y el judicial. La opinión pública forzó finalmente a la entrega de esas cintas, pero uno fue alterada y dos desaparecieron.
Cuando el caso parecía entrar en el olvido, Bob Woodward y Carl Bernstein, dos periodistas del diario The Washington Post, uno de los más influyentes de ese país, revelaron detalles del asunto y acusaron al presidente de tratar de congelar las investigaciones.
Los periodistas fueron "guiados" por un misterioso personaje al que bautizaron como "garganta profunda" que llevó a los reporteros a descubrir el caso de espionaje en el que estaban implicadas las más altas instancias del Estado y fue un hito en la investigación periodística (33 años después de los hechos el ex directivo del FBI Mark Felt, confesó que él fue "garganta profunda").
El escándalo nació con el arresto en junio de 1972 de cinco hombres que habían penetrado para espiar al Comité Nacional Demócrata en el hotel Watergate en Washington. Después de múltiples peripecias judiciales la implicación de la administración de Nixon se fue haciendo cada vez más evidente. El 30 de abril de 1973, Nixon aceptó parcialmente la responsabilidad del gobierno y destituyó a varios funcionarios implicados.
La existencia de cintas magnetofónicas incriminatorias del presidente y su negativa a ponerlas a disposición de la justicia llevaron a un duro enfrentamiento entre el ejecutivo y el judicial. La opinión pública forzó finalmente a la entrega de esas cintas, pero uno fue alterada y dos desaparecieron.
Cuando el caso parecía entrar en el olvido, Bob Woodward y Carl Bernstein, dos periodistas del diario The Washington Post, uno de los más influyentes de ese país, revelaron detalles del asunto y acusaron al presidente de tratar de congelar las investigaciones.
Los periodistas fueron "guiados" por un misterioso personaje al que bautizaron como "garganta profunda" que llevó a los reporteros a descubrir el caso de espionaje en el que estaban implicadas las más altas instancias del Estado y fue un hito en la investigación periodística (33 años después de los hechos el ex directivo del FBI Mark Felt, confesó que él fue "garganta profunda").
Ante la evidencia de espionaje, se formó una comisión investigadora y casi todos los colaboradores de Nixon renunciaron a sus cargos, envueltos en una red de sospechas. A partir de entonces, y durante dos años, fueron surgiendo cada vez más elementos que comprometían la actuación de Nixon. Aunque al principio se defendió negando tener conocimiento del hecho, finalmente admitió las acusacionesNixon y su vicepresidente Spiro Agnew fueron reelegidos, pero el escándalo no cesó. El 24 de julio de 1974 la Corte Suprema acusó al presidente de "obstruir las investigaciones judiciales", "abuso de poder" y "ultraje al Congreso", y de haber utilizado a la CIA y el FBI con fines políticos. Nixon renunció el 8 de agosto a su cargo de presidente Nixon abandonó la Casa Blanca en helicóptero y dijo "Nos vamos con grandes esperanzas... y también con gran humildad".
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